No puedes evitarlo. Comienzas a pelar la cebolla y ese olor te avisa, tus ojos se irritan y llega el momento de las lágrimas.
¿Todos los intentos por no llorar han resultado fallidos? Pues hoy os vamos a dar unos truquitos para acabar con esos malos ratos y es que cuando empiezas… ¡no se puede parar! ¿Y sabes por qué lloramos? Porque la cebolla desprende una sustancia que hace que nuestro cuerpo reaccione, pudiéndola captar también al respirarla e irritándose así las mucosas y ojos.
¿Qué puedes hacer para evitarlo?
Lo más importante es utilizar buenos instrumentos. Un cuchillo bien afilizado será clave, ya que evitaremos así desgarrar la cebolla y la emisión de esta sustancia será la menor posible.Un corte firme y adecuado nos ayudará por tanto a dejar de llorar.
Alejarse de la cebolla y el cuchillo a la hora de picarla para evitar lo máximo posible respirar esta sustancia.
Enfriar la cebolla. Cuando la cebolla está fría, el gas será menos volátil y se desprenderá mucho menos. Para ello, podemos introducirla en el congelador unos minutos antes de utilizarla.
Mojar la cebolla pelada en agua, así como el cuchillo repetidas veces conforme vamos picándola.
Otra manera de absorber los gases es encendiendo una vela o el extractor de humos, para que los gases se disipen.
Nada de ponerse un trozo de cebolla en la cabeza o dejar el grifo abierto, que seguro que ya lo habéis probado 😉 Pon en práctica estos trucos y contadnos los resultados. Y si tienes tu truco personal, ¡estamos como locos de conocerlo!