Lo que deberías saber antes de hacer una ensalada

La ensalada de toda vida, de pasta, de verdura, con huevo cocido o arroz, fruta, cuscús, aguacate ¡y hasta de almejas! Sea como sea, la ensalada es la reina en muchas culturas y los países del mediterráneo la adoramos. Será por este magnífico clima que nos ofrece unos productos riquísimos y claro, con este calorcito es lo que apetece.

Bueno pues las ensaladas, por simples que parezcan, son un plato especialmente nutritivo y como todo, tiene sus truquitos…

¿Por qué es bueno comer vegetales en crudo?

Pues porque aportan nutrientes de forma mucho más directa, manteniendo su textura, sabor y color… Las verduras y resto de vegetales crudos ayudan a absorber la luz del sol y sus vitaminas, ayudándonos con esta energía a la ingesta de nutrientes.

Si optáis por hervir estos alimentos, lo mejor es hacerlo enteros y con cáscara para ayudar a mantener una mayor parte de sus propiedades. ¡Y siempre y cuando el agua esté ya en ebullición!

La lechuga limpita… ¡mejor que mejor!

Un paso imprescindible es limpiar bien, pero que muy bien la lechuga. No, no sirve con ponerla debajo del grifo medio segundo que nos conocemos… Lávala cuidadosamente porque son el escondite favorito de muchos, muchos bichitos.

 Ah! Y para que no se ponga pocha antes de lo debido, mantenla alejala del resto de vegetales. Hablamos claro de la nevera, porque en la ensalada mejor juntos y revueltos 😉

El secado es imprescindible

Bueno pues el siguiente paso tras limpiar la lechuga y el tomatito es secarlos suavemente, si no quieres arruinar tu súper aliño dejándolo aguado.

Usa tus manos mejor que cuchillos

En el caso de los vegetales que se puedan cortar con las manos, evita hacerlo con el cuchillo porque oxidan las hojas. Que si lo haces no pasa absolutamente nada pero oye, puestos a hacer las cosas bien…:P

Recupera su aspecto

Si ves que las hojas han perdido color y las notas pachuchas 1. Comprueba que estén en buen estado para comer 2.Si es que sí, añádelas en un recipiente con agua muy fría, incluso con hielos, ¡y verás como adquieren mejor color!

Elige la salsa adecuada

Olvídate de salsas industriales ¡Dale aceite de oliva virgen extra! ¡limón! ¡vinagre! ¡especias! Y deja a un lado los azúcares y grasas que aportan todas esas salsas tan ricas en cosas no muy buenas…

¿Te has pasado con el vinagre?

Añade unas bolitas de miga de pan que absorberán el exceso del vinagre y retíralas al cabo de unos minutos.

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