Mi abuelo es agricultor. Un cuento de Navidad muy real…

En un país con tal extensión para la agricultura, los niños sueñan con ser grandes estrellas mediáticas y no estrellas verdaderas como son los agricultores, los cuáles tienen el poder de alimentar al mundo. ALGO ESTAMOS HACIENDO MAL. Hoy queremos compartir este relato de Rubén Villanueva (COAG) con vosotros, un cuento muy real y que nos hace reflexionar… 

Madrid te regala imágenes que de prosaicas invitan a la poesía. Quizá el ambiente prenavideño influye en el ánimo. Martes, de una mañana cualquiera, a escasos metros de las puertas de un colegio. Me adelantan a paso ligero un abuelo con su nieto de la mano.

“Sabes, ayer la profe nos enseñó la foto de una viña y fui el único de la clase que sabía lo que era. Le dije que mi abuelo era agricultor y que alguna vez había ido a vendimiar subido en el tractor”,dijo el pequeño con ese orgullo pueril que nos eleva al sentirnos protagonistas por un momento.

El abuelo esbozó media sonrisa y me recordó a esos héroes cansados de Pérez Reverte que pelean cada día sin que nadie esté mirando. Que hace tiempo que perdieron la fe y la inocencia porque saben, que la mayoría de las veces, el sacrificio ha sido inútil. Y que como esos Alatristes del XVII, ya no luchan por una bandera, una ideología o un dios, sino por mera ética personal.

Resulta extremadamente injusto que aquellos que han cultivado durante todo una vida valores tan olvidados como el esfuerzo, el sacrificio y el compromiso, hayan tenido que abandonar a la vejez su pueblo natal para ayudar a hijos y nietos con una de las pensiones de jubilación más bajas del sistema. Algo estamos haciendo mal cuando en los colegios de las grandes ciudades se imparte «Science» en inglés pero con casi 10 años no se tiene ni idea de qué es una vid, en el país con la mayor superficie de viñedo del mundo. Algo estamos haciendo mal cuando de niño te sientes orgulloso de la profesión de tu abuelo, pero en la adolescencia te identificas mucho más con Cristiano Ronaldo o un «youtuber» al que le ríen las gracias más de 4 millones de jóvenes por llamar putas y zorras a las mujeres mientras muestra sus habilidades con algún juego de la Play. Algo estamos haciendo mal cuando tratamos con desdén a la mano que nos da de comer.

Cuando amplié la foto, en la mochila naranja que llevaba al hombro se podía leer: “Conocer la Agricultura y la Ganadería”, como si el destino hubiese querido que aquella mañana, a pie de asfalto, el abuelo agricultor tuviese las respuestas.

Sirva este post como un pequeño homenaje a todos esos abuelos agricultores, verdaderos sabios de la tribu, que se han pasado la vida sembrando y no siempre han recogido.

Fuente: CHIL

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