Ayudar a tus padres en el huerto del pueblo no te hace ninguna gracia. Tienes mucho trabajo y los más pequeños demasiados deberes para “perder” el tiempo. Lo que no sabes es que tienes mucho más que ganar consumiendo tus propios productos.
¿Y por qué no te animas y empiezas tu propio huerto en casa? No hace falta una gran explotación de tomates, no te quitará apenas tiempo, es cómodo y con poquitas plantas puedes enamorarte de esta actividad.
No te robará tiempo – Echarle un pequeño vistazo todos los días será suficiente para no descuidarlo. Aunque es un vicio y cada vez estarás más pendiente de tus plantitas 😉 Comprar directamente la planta es una buena opción (en estas fechas es lo aconsejable) y trasplantarla del semillero a tu macetero te llevará muy pocos minutos, mientras que sembrar la semilla es un proceso más lento hasta que la ves crecer.
Coste – Es una de las aficiones más baratas. Son materias primas muy económicas, como comprar las macetas, alguna herramienta, el sustrato, la planta, el agua…
Tus comidas estarán más ricas – Verás la gran diferencia que hay entre tus pimientos y los del súper que no saben a nada. Te volverás adicto a tus hortalizas y querrás añadirlas a todos tus guisos.
Mejora tu salud – Tener un huerto mejorará tu calidad de vida y la de tu entorno. Estarás consumiendo productos totalmente naturales, además verlo crecer provoca una gran satisfacción y apartará de tu cabeza los problemas rutinarios.
No lo pienses más y hazte con los elementos que necesitas ¡Elige tus plantas e instala hoy mismo tu mini huerto! Tu también puedes ser hortelano.